A todos los hookeros les ha picado alguna vez la curiosidad por saber cuáles son los orígenes de la cachimba y cómo llegó a ser lo que es hoy en día. Para los que andéis un poco perdidos, son muchas las leyendas y países que se atribuyen el origen e invención de la hookah. Sin embargo, no se ha esclarecido por completo cuál es el lugar exacto de su procedencia.
En palabras del famoso historiador Cyril Elgood afirma la teoría de que los orígenes de la shisha recaen en la figura de Irfan Shaikh, el médico del emperador mongol Akbar. Pero esto no queda aquí, también es muy conocida la suposición de que surge como un instrumento para inhalar el humo de sustancias vegetales que provendrían de la India, en la actual zona fronteriza con Pakistán.
De hecho, las piezas más antiguas que se conocen estaban elaboradas con cáscara de coco y esto se usaba como recipiente, donde se depositaba el opio, unido a dos cañas para facilitar su succión.
Esta hipótesis se considera una de las más probables, sobre todo como explicación a su posterior evolución hacia Persia y su llegada al Imperio Otomano, así como el origen etimológico del nombre de este artilugio en sánscrito: narikela. El encargado de la importación de este producto hacia la India podría haber sido el mercader Abu’l Fath Gilani.
También cobran sentido las especulaciones que sitúan su nacimiento en China o Egipto entre el siglo XV y XVI, coincidiendo con la expansión británica por toda la India y su introducción en Occidente.
La historia y evolución del diseño de las cachimbas continúa paralelamente con la llegada del tabaco. Se produjo un cambio en el consumo de opio a través de las hookah al introducirse en Europa el tabaco en el siglo XVI.
Persia adquirió gran reconocimiento tras la incorporación del tombeik, un preparado hecho con tabaco de sabor fuerte y que se mantiene en la actualidad en países como Irán y el subcontinente indio.
Con el tiempo, estos preparados persas adquirieron unos sabores más suaves al añadir dulcificantes naturales como la miel o la melaza, un concepto muy cercano a lo que hoy conocemos como tabaco de shisha.
En la India también era frecuente encontrar otro tipo de pasta, conocida como jurak, en la que se usaban frutas y perfumes para suavizar el sabor del tabaco.
Estas tres formas tradicionales siguen usándose en la actualidad aunque han quedado eclipsadas por el tabaco egipcio moderno. Este es el tabaco que todos conocemos y que se caracteriza por una mezcla con glicerina como dulcificante y que ofrece una amplia variedad de sabores afrutados, dulces y especiados.
La función principal que desempeñó la shisha es la de entenderla como una actividad de ocio en sociedad. En la India se popularizó como una costumbre de cierto estatus social elevado para la aristocracia y burguesía. Mientras que los países con cultura árabe, la shisha se consideraba un sello de identidad propio, al igual que puede ser el acto de tomar el té en Inglaterra o el acto de tomar un café en España. Así fue como quedar para “fumarte una cachimbita” pasó a ser un plan destinado a hacer vida social, compartir momentos y ratos de charla.